YouTube - Zigeunerweisen, Bojidara Kouzmanova, Pablo Sarasate
Para satisfação do meu "penchant" pela música cigana... e pelo excelente apontamento que o espanhol Pablo de Sarasate (1844-1908) trouxe da Budapeste do seu tempo [1] ...
[1] 1878
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Mario
“la sangre derramada tiene historia
de siervos que murieron bajo el sol
lleva en sí misma un corazón insomne
que late a veces y otras veces no
la sangre derramada es un lenguaje
que ya no se conforma con palabras
lleva en sí misma un apretón de adioses
y una canción por todos olvidada”
Ele estava chegando aos 90 anos. A saúde vacilava, mas não ele. Sua pena mágica seguia parindo versos que dizem das gentes do mundo de cá. Falava de amor, da vida cotidiana, das lutas. Dizia do medo, da dor, da morte, da solidão, do amor, da injustiça e da esperança. Jornalista, andava pelas estradas vicinais e dali brotava sua inspiração para escrever seus poemas de amor e guerra. Escrevia e fazia política, homem de ação e de letras. Perseguido pela ditadura que tomou conta de seu país e dos países vizinhos, Mário perambulou por Argentina, Peru, Cuba e Espanha. Só voltou para casa em 1983, vivendo o que chamou de “desexílo”, espaço de tempo que marcou profundamente sua poesia.
usted preguntará por qué cantamos
y cuando suena el río / suena el río
cantamos porque el cruel no tiene nombre
y en cambio tiene nombre su destino
Ele puente
Para cruzalo o para no cruzarlo
ahí está el puente
en la otra orilla alguien me espera
con un durazno y un país
traigo conmigo ofrendas desusadas
entre ellas un paraguas de ombligo de madera
un libro con los pánicos en blanco
y una guitarra que no sé abrazar
vengo con las mejillas del insomnio
los pañuelos del mar y de las paces
Ias tímidas pancartas del dolor
las liturgias del beso y de la sombra
nunca he traído tantas cosas
nunca he venido con tan poco
ahí esta el puente
para cruzarlo o para no cruzarlo
yo lo voy a cruzar
sin prevenciones
en la otra orilla alguien me espera
con un durazno y un país"
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Composiçãoe e versos de Renato Teixeira
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El Ayuntamiento (PP) construye un cerramiento que oculta las tapias donde se fusiló a cientos de republicanos. Prestigiosos historiadores intentaron frenar el proyecto con un manifiesto.
El Ayuntamiento de Badajoz (PP) está levantando un muro que borra uno de los principales iconos de la represión franquista. Las "obras de refuerzo y acondicionamiento del cerramiento perimetral en el cementerio de San Juan", proyecto que comenzó a ejecutarse el 5 de junio con cargo al Plan E del Gobierno, suponen en la práctica la construcción de un muro que oculta las tapias del viejo camposanto, escenario de fusilamientos masivos tras la entrada a sangre y fuego en la ciudad de las tropas del general Juan Yagüe.
Los historiadores Francisco Espinosa, Ian Gibson, Julio Aróstegui, Mirta Núñez, Julián Casanova, Josep Fontana, Paul Preston, Hilari Raguer, Alberto Reig Tapia, Ángel Viñas y Helen Graham, entre otros, suscriben el manifiesto No se puede esconder el pasado, que también intentó en vano influir contra el proyecto.
El texto recuerda que "es posible que Badajoz sea la ciudad en que en relación con su población un mayor número de personas fueran asesinadas a consecuencia del golpe militar y de la masacre tras su ocupación". Y añade: "Las blanquísimas tapias del cementerio fueron una de las primeras evidencias ante el mundo de la política de exterminio programado". Unas 1.200 personas murieron en los días posteriores a la entrada de Yagüe.
El manifiesto de los historiadores hace hincapié en la potencia evocadora de las tapias del cementerio: "El Tercio, los regulares y los fascistas, al servicio del avance del ejército de África, habrían logrado ahora, más de setenta años después, una nueva victoria si (...) desapareciese la memoria de lo ocurrido y los engarces del recuerdo".
La historiadora Mirta Núñez se muestra "apenada". "Badajoz es emblemático del borrado de huellas de la memoria no sólo de Badajoz, sino de cosas que afectan a toda España", afirma. "No creo que la única opción fuera este muro. Percibo una obsesión por parte de algunos de borrar todo lo relacionado con la República y la represión", añade.
El hecho de que haya constancia documental gráfica de los asesinatos en las tapias es un argumento esgrimido por los defensores de que estas sean conservadas, al menos parcialmente, o de que se coloque alguna placa oficial, peticiones que el PP ha desestimado.
El otro argumento es que se borra así el único gran icono de la represión en la ciudad. La plaza de toros, escenario de reclusión y fusilamientos, fue derribada en 2002 para la construcción de un palacio de congresos, promovido por la Junta de Extremadura (PSOE).
Da idea de la relevancia de la plaza el que Francisco Espinosa, autor de La columna de la muerte y uno de los historiadores que más ha aportado al conocimiento de la represión en Extremadura, lo incluya en la terna de "lugares más significativos de la memoria" junto a Gernika (Vizcaya) y el barranco granaíno de Víznar.
El proyecto del muro fue llevado a la comisión de Gobierno local, donde recibió el apoyo del PP, que gobierna con mayoría absoluta, y del PSOE, y el voto en contra del edil de IU, Manuel Sosa. "Nos hemos quedado solos en la defensa del único lugar de memoria que quedaba", afirma Sosa.
Celestino Vegas, portavoz del PSOE, puntualiza que la postura socialista fue la de "pedir que se reservara una parte de la tapia o que se incluyera algún reconocimiento, pero el PP no escuchó".
Según José Manuel Corbacho, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica Extremeña, "el Ayuntamiento nunca ha hecho nada por reconsiderar ni siquiera mínimamente el proyecto, pese a las alterantivas razonables que la asociación ha hecho públicas".
La edil de Cementerios , Dolores Beltrán (PP), afirma que la obra "no tiene nada que ver con la memoria histórica" y sólo pretende "evitar la caída del muro". ¿Hay algún informe que acredite este riesgo? "Hay unos contrafuertes desde hace 20 años. Y yo confío en lo que dicen mis técnicos", responde.
La concejal de Cultura, Consuelo Rodríguez, presentó a Nelken como una mujer violenta, sectaria y contraria al sufragio femenino, desmintiendo la historiografía al respecto.
La ARMHEX lleva desde que se conoció el proyecto, en febrero, intentando sin éxito que la Junta inicie un expediente de declaración de la tapia como Bien de Interés Cultural, como ha hecho con el campo de concentración de Castuera. La Consejería de Cultura, preguntada por Público al respecto, responde: "Se trata de una propiedad municipal que no se encuentra protegida por normativa urbanística alguna, por lo que no cabe intervención de la Junta".
El Ayuntamiento de Badajoz (PP) está levantando un muro que borra uno de los principales iconos de la represión franquista. Las "obras de refuerzo y acondicionamiento del cerramiento perimetral en el cementerio de San Juan", proyecto que comenzó a ejecutarse el 5 de junio con cargo al Plan E del Gobierno, suponen en la práctica la construcción de un muro que oculta las tapias del viejo camposanto, escenario de fusilamientos masivos tras la entrada a sangre y fuego en la ciudad de las tropas del general Juan Yagüe.
El Gobierno local argumenta que la debilidad arquitectónica de las tapias obliga a la obra, concebida para integrar el camposanto en la ciudad y quitar de la vista el cementerio, situado en una zona en pleno desarrollo urbanístico.
Los historiadores Francisco Espinosa, Ian Gibson, Julio Aróstegui, Mirta Núñez, Julián Casanova, Josep Fontana, Paul Preston, Hilari Raguer, Alberto Reig Tapia, Ángel Viñas y Helen Graham, entre otros, suscriben el manifiesto No se puede esconder el pasado, que también intentó en vano influir contra el proyecto.
El texto recuerda que "es posible que Badajoz sea la ciudad en que en relación con su población un mayor número de personas fueran asesinadas a consecuencia del golpe militar y de la masacre tras su ocupación". Y añade: "Las blanquísimas tapias del cementerio fueron una de las primeras evidencias ante el mundo de la política de exterminio programado". Unas 1.200 personas murieron en los días posteriores a la entrada de Yagüe.
El manifiesto de los historiadores hace hincapié en la potencia evocadora de las tapias del cementerio: "El Tercio, los regulares y los fascistas, al servicio del avance del ejército de África, habrían logrado ahora, más de setenta años después, una nueva victoria si (...) desapareciese la memoria de lo ocurrido y los engarces del recuerdo".
La historiadora Mirta Núñez se muestra "apenada". "Badajoz es emblemático del borrado de huellas de la memoria no sólo de Badajoz, sino de cosas que afectan a toda España", afirma. "No creo que la única opción fuera este muro. Percibo una obsesión por parte de algunos de borrar todo lo relacionado con la República y la represión", añade.
El hecho de que haya constancia documental gráfica de los asesinatos en las tapias es un argumento esgrimido por los defensores de que estas sean conservadas, al menos parcialmente, o de que se coloque alguna placa oficial, peticiones que el PP ha desestimado.
El otro argumento es que se borra así el único gran icono de la represión en la ciudad. La plaza de toros, escenario de reclusión y fusilamientos, fue derribada en 2002 para la construcción de un palacio de congresos, promovido por la Junta de Extremadura (PSOE).
Da idea de la relevancia de la plaza el que Francisco Espinosa, autor de La columna de la muerte y uno de los historiadores que más ha aportado al conocimiento de la represión en Extremadura, lo incluya en la terna de "lugares más significativos de la memoria" junto a Gernika (Vizcaya) y el barranco granaíno de Víznar.
El proyecto del muro fue llevado a la comisión de Gobierno local, donde recibió el apoyo del PP, que gobierna con mayoría absoluta, y del PSOE, y el voto en contra del edil de IU, Manuel Sosa. "Nos hemos quedado solos en la defensa del único lugar de memoria que quedaba", afirma Sosa.
Celestino Vegas, portavoz del PSOE, puntualiza que la postura socialista fue la de "pedir que se reservara una parte de la tapia o que se incluyera algún reconocimiento, pero el PP no escuchó".
Según José Manuel Corbacho, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica Extremeña, "el Ayuntamiento nunca ha hecho nada por reconsiderar ni siquiera mínimamente el proyecto, pese a las alterantivas razonables que la asociación ha hecho públicas".
La edil de Cementerios , Dolores Beltrán (PP), afirma que la obra "no tiene nada que ver con la memoria histórica" y sólo pretende "evitar la caída del muro". ¿Hay algún informe que acredite este riesgo? "Hay unos contrafuertes desde hace 20 años. Y yo confío en lo que dicen mis técnicos", responde.
El Gobierno local del PP ha tomado medidas sobre memoria histórica que la oposición ha calificado de "revanchistas". En el pleno de mayo, obligado por la Ley de Memoria Histórica, apoyó cambiar de nombre las calles General Mola y Regulares Marroquíes y quitar una placa a Yagüe. A cambio, empleó su mayoría absoluta para quitar la calle que tenía desde 1985 Margarita Nelken, diputada en la República, feminista e ilustrada. La concejal de Cultura, Consuelo Rodríguez, presentó a Nelken como una mujer violenta, sectaria y contraria al sufragio femenino, desmintiendo la historiografía al respecto.
La ARMHEX lleva desde que se conoció el proyecto, en febrero, intentando sin éxito que la Junta inicie un expediente de declaración de la tapia como Bien de Interés Cultural, como ha hecho con el campo de concentración de Castuera. La Consejería de Cultura, preguntada por Público al respecto, responde: "Se trata de una propiedad municipal que no se encuentra protegida por normativa urbanística alguna, por lo que no cabe intervención de la Junta".
El Ayuntamiento de Badajoz (PP) está levantando un muro que borra uno de los principales iconos de la represión franquista. Las "obras de refuerzo y acondicionamiento del cerramiento perimetral en el cementerio de San Juan", proyecto que comenzó a ejecutarse el 5 de junio con cargo al Plan E del Gobierno, suponen en la práctica la construcción de un muro que oculta las tapias del viejo camposanto, escenario de fusilamientos masivos tras la entrada a sangre y fuego en la ciudad de las tropas del general Juan Yagüe.
El Gobierno local argumenta que la debilidad arquitectónica de las tapias obliga a la obra, concebida para integrar el camposanto en la ciudad y quitar de la vista el cementerio, situado en una zona en pleno desarrollo urbanístico.
Los historiadores Francisco Espinosa, Ian Gibson, Julio Aróstegui, Mirta Núñez, Julián Casanova, Josep Fontana, Paul Preston, Hilari Raguer, Alberto Reig Tapia, Ángel Viñas y Helen Graham, entre otros, suscriben el manifiesto No se puede esconder el pasado, que también intentó en vano influir contra el proyecto.
El texto recuerda que "es posible que Badajoz sea la ciudad en que en relación con su población un mayor número de personas fueran asesinadas a consecuencia del golpe militar y de la masacre tras su ocupación". Y añade: "Las blanquísimas tapias del cementerio fueron una de las primeras evidencias ante el mundo de la política de exterminio programado". Unas 1.200 personas murieron en los días posteriores a la entrada de Yagüe.
El manifiesto de los historiadores hace hincapié en la potencia evocadora de las tapias del cementerio: "El Tercio, los regulares y los fascistas, al servicio del avance del ejército de África, habrían logrado ahora, más de setenta años después, una nueva victoria si (...) desapareciese la memoria de lo ocurrido y los engarces del recuerdo".
La historiadora Mirta Núñez se muestra "apenada". "Badajoz es emblemático del borrado de huellas de la memoria no sólo de Badajoz, sino de cosas que afectan a toda España", afirma. "No creo que la única opción fuera este muro. Percibo una obsesión por parte de algunos de borrar todo lo relacionado con la República y la represión", añade.
El hecho de que haya constancia documental gráfica de los asesinatos en las tapias es un argumento esgrimido por los defensores de que estas sean conservadas, al menos parcialmente, o de que se coloque alguna placa oficial, peticiones que el PP ha desestimado.
El otro argumento es que se borra así el único gran icono de la represión en la ciudad. La plaza de toros, escenario de reclusión y fusilamientos, fue derribada en 2002 para la construcción de un palacio de congresos, promovido por la Junta de Extremadura (PSOE).
Da idea de la relevancia de la plaza el que Francisco Espinosa, autor de La columna de la muerte y uno de los historiadores que más ha aportado al conocimiento de la represión en Extremadura, lo incluya en la terna de "lugares más significativos de la memoria" junto a Gernika (Vizcaya) y el barranco granaíno de Víznar.
El proyecto del muro fue llevado a la comisión de Gobierno local, donde recibió el apoyo del PP, que gobierna con mayoría absoluta, y del PSOE, y el voto en contra del edil de IU, Manuel Sosa. "Nos hemos quedado solos en la defensa del único lugar de memoria que quedaba", afirma Sosa.
Celestino Vegas, portavoz del PSOE, puntualiza que la postura socialista fue la de "pedir que se reservara una parte de la tapia o que se incluyera algún reconocimiento, pero el PP no escuchó".
Según José Manuel Corbacho, presidente de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica Extremeña, "el Ayuntamiento nunca ha hecho nada por reconsiderar ni siquiera mínimamente el proyecto, pese a las alterantivas razonables que la asociación ha hecho públicas".
La edil de Cementerios , Dolores Beltrán (PP), afirma que la obra "no tiene nada que ver con la memoria histórica" y sólo pretende "evitar la caída del muro". ¿Hay algún informe que acredite este riesgo? "Hay unos contrafuertes desde hace 20 años. Y yo confío en lo que dicen mis técnicos", responde.
El Gobierno local del PP ha tomado medidas sobre memoria histórica que la oposición ha calificado de "revanchistas". En el pleno de mayo, obligado por la Ley de Memoria Histórica, apoyó cambiar de nombre las calles General Mola y Regulares Marroquíes y quitar una placa a Yagüe. A cambio, empleó su mayoría absoluta para quitar la calle que tenía desde 1985 Margarita Nelken, diputada en la República, feminista e ilustrada. La concejal de Cultura, Consuelo Rodríguez, presentó a Nelken como una mujer violenta, sectaria y contraria al sufragio femenino, desmintiendo la historiografía al respecto.
La ARMHEX lleva desde que se conoció el proyecto, en febrero, intentando sin éxito que la Junta inicie un expediente de declaración de la tapia como Bien de Interés Cultural, como ha hecho con el campo de concentración de Castuera. La Consejería de Cultura, preguntada por Público al respecto, responde: "Se trata de una propiedad municipal que no se encuentra protegida por normativa urbanística alguna, por lo que no cabe intervención de la Junta".
Antonio García, hijo de un fusilado, denuncia el olvido de las víctimas
Antonio García Vital, mecánico de 32 años, fue fusilado el 13 de septiembre de 1936, precisamente, en la tapia con la que hace esquina la que ahora se está recubriendo con un muro. El pasado 7 de febrero, su hijo menor, Antonio García, que tenía 17 meses cuando murió su padre, acudió allí a un acto que, a medio camino entre el homenaje y la protesta, pretendía reivindicar la memoria de los cientos de asesinados allí y exigir que se preservasen las tapias.
Ahora sabe que este empeño ha fracasado. "Me parece horroroso", dice. "Más olvido todavía". Afirma que aún siente "miedo" por sus hijos al hablar de cómo su padre, "socialista", fue detenido en su casa. "Tengo hijos, y no querría que les pasara nada si volviera a pasar algo como lo de entonces", explica. La sensación de desprotección por parte de las autoridades y de miedo a hablar por parte de los descendientes de represaliados es aún muy frecuente en pueblos y ciudades del sur de España. "Todavía está uno un poco acomplejado, después de toda la vida sin poder hablar. Toda la vida de silencio; y ahora, más silencio todavía", lamenta.
Aparte de expresar una total desconfianza hacia la derecha "que siempre está ahí, la misma de siempre, para que no puedas hablar demasiado alto", Antonio reprocha al PSOE su escasa implicación en la cuestiones de memoria histórica. No olvida, por ejemplo, que la plaza de toros donde su padre estuvo preso varios días antes de ser llevado al cementerio y fusilado fuera derribada y se construyera un palacio de congreso. Allí, como único reconocimiento, hay una escultura de Blanca Muñoz, sin placa que explique el motivo.
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